El alcohol es una de las sustancias legales más consumidas en todo el mundo. Está presente en fiestas, celebraciones, discotecas y reuniones sociales, formando parte del día a día de muchas personas. Pero, ¿qué ocurre cuando su consumo se vuelve habitual y excesivo?
El abuso de alcohol y el posterior desarrollo del alcoholismo es una realidad que afecta a millones de personas. Por eso, es fundamental entender cómo actúa esta adicción, cuáles son sus fases y qué consecuencias puede acarrear.
¿Qué es el alcoholismo?
El alcoholismo es un trastorno crónico del comportamiento en el que una persona consume alcohol de forma descontrolada, generando una dependencia tanto física como psicológica. La persona afectada no puede detener su consumo por sí sola, lo que afecta directamente su salud, sus relaciones personales y su entorno laboral.
Antes de llegar al alcoholismo, muchas personas atraviesan una etapa previa conocida como abuso de alcohol. Esta fase se caracteriza por episodios de consumo que ya provocan consecuencias negativas, aunque puedan parecer puntuales. Es importante no minimizar esta etapa, ya que suele ser la antesala de una adicción más grave.
No todas las personas que beben desarrollan una adicción, pero existen factores genéticos, psicológicos y sociales que pueden influir en su aparición.
Tipos de alcoholismo según Jellinek
Una de las clasificaciones más reconocidas sobre los tipos de alcoholismo es la propuesta por E. M. Jellinek, que identifica diferentes patrones de consumo:
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Bebedor tipo Alpha: consume alcohol para aliviar síntomas físicos o mentales, sin dependencia física.
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Bebedor Beta: no presenta dependencia, pero su consumo excesivo puede generar daños físicos. Incluye a los conocidos “bebedores sociales”.
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Alcoholismo Gamma: existe una dependencia real, con pérdida de control, deseo intenso de beber y tolerancia alta. Es el caso más grave.
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Alcoholismo Delta: también hay dependencia, pero la persona no puede abstenerse aunque mantiene cierto control. Bebe diariamente.
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Alcoholismo Epsilon: consumo periódico o en forma de atracones, con pérdida de control en esos episodios.
Consecuencias del consumo y abuso del alcohol
El consumo excesivo de alcohol tiene un impacto severo tanto en la salud física como mental de quien lo padece. Algunas de las consecuencias más comunes incluyen:
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Deterioro del estómago, hígado, riñones, corazón y sistema nervioso
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Problemas de salud mental, como ansiedad, depresión o alucinaciones
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Cirrosis hepática y enfermedades cardíacas
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Pérdida de interés en el entorno familiar y laboral
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Dificultad para dejar de consumir, incluso con consecuencias graves
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Mayor riesgo de nacimientos con defectos durante el embarazo
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Reducción de la esperanza de vida en cinco a diez años
¿Qué es el síndrome de abstinencia?
Cuando una persona con consumo crónico deja el alcohol de forma brusca, puede experimentar el llamado síndrome de abstinencia. Este se presenta entre las siete y cuarenta y ocho horas posteriores a la última ingesta, y se manifiesta con temblores, náuseas, ansiedad e incluso síntomas más graves.
Aunque este proceso puede ser duro, los beneficios de dejar el alcohol son enormes: recuperación de la salud, mejora de las relaciones personales, mayor energía y bienestar emocional.
¿Cómo puede ayudarte Vida Nova?
En Centros Vida Nova ofrecemos un completo tratamiento del alcoholismo en Valencia enfocado en la desintoxicación, la recuperación emocional y la prevención de recaídas. Acompañamos tanto a la persona afectada como a su entorno, entendiendo que el apoyo familiar y profesional es clave en el proceso.
Si tú o alguien cercano necesita ayuda, no dudes en pedir información. Estamos aquí para ayudarte, sin compromiso.
Da el primer paso. Recuperar tu vida es posible.